CULTURA
Gastronomía
de México
La cocina mexicana ha influenciado a diversas cocinas de todo el mundo como también ha sido influenciada por otras cocinas como: española, africana, del Oriente Medio, asiática.
La comida mexicana representa también la cultura histórica de ese país, ya que muchos platillos se originaron mucho antes de la Conquista, existiendo en ella una amplia diversidad de sabores, colores y texturas que hacen de la comida mexicana un gran atractivo tanto para nacionales como extranjeros.
Diversidad
La diversidad es la
característica esencial de la cocina mexicana. Casi cada estado mexicano posee
sus propias recetas y tradiciones culinarias. Desde luego esta diversidad es
más notoria si se contempla la riqueza gastronómica regionalmente y no por entidad federativa. Hay ciertas
creaciones gastronómicas que surgieron localmente y que por su calidad y
aceptación generalizada se han vuelto emblemáticas de la cocina mexicana en lo
general. Éste es el caso de platillos como la cochinita
pibil (yucateca),
el mole oaxaqueño, el mole
poblano, el pozole
(identificado con Sinaloa,
Jalisco y Guerrero), el cabrito (coahuilense y neoleonense),
el pan de cazón campechano, el Churipu y las corundas purépechas (de Michoacán),
el menudo de Sinaloa, Sonora y Chihuahua y
otros muchos alimentos, en una larga lista de honor de la gastronomía mexicana.
Aunque algunas sobresalen, en efecto, por su bien ganada fama y difusión, estas
tradiciones gastronómicas regionales deben jerarquizarse solo en función de
gustos personales.En el conjunto inmenso de cocinas regionales bien diferenciadas, se caracterizan todas ellas por un componente indígena básico en sus ingredientes y en las formas de preparación de los alimentos. En este orden podría decirse que el común denominador de tales gastronomías es el uso del maíz, del chile y del frijol, acompañados por el siempre presente jitomate, en sus diversas formas y variedades.
Insectos comestibles
Como un ejemplo de la riqueza y diversidad de la comida mexicana podemos citar el consumo de los insectos, que aunque no es exclusivo de México, si muestra la adaptación de la cocina tradicional a una gran variedad de ambientes y recursos.
En México, la entomofagia ha sido una práctica común desde la época prehispánica, como lo prueba el Códice Florentino escrito por fray Bernardino de Sahagún, en donde se describe el consumo de 96 especies de insectos comestibles. A la fecha los insectos siguen consumiéndose en todo el país, llegando a considerarse, en algunos casos, un manjar de alto precio.
Entre los principales platillos podemos citar los siguientes: Chinicuiles (larvas de una especie de mariposa que se desarrollan cerca de los magueyes), los gusanos de maguey (otro tipo de larva que crecen dentro del maguey), la hormiga chicatana, los chapulines, los jumiles, y los escamoles (larva de hormiga), a la que incluso se le nombra “el caviar mexicano”.
Los insectos comestibles en México se producen de acuerdo a la época del año, por ejemplo, los chinicuiles se "cosechan" durante las primeras lluvias del año, cuando comienza a llover los chinicuiles salen de la tierra por debajo del maguey y es en ese momento que son recolectados. Actualmente hay poblaciones en donde estos insectos son criados colocando en una olla de barro una capa de chinicuiles vivos y otra de tortillas de maíz. En cuanto a los gusanos de maguey, éstos crecen dentro de las pencas, por lo que las pencas deben ser destruidas ya que es aproximadamente un gusano por penca, razón por la que es un platillo muy caro y de temporada.
Aspectos Sociales y Culturales
El acto de cocinar en México es considerado una de las actividades más importantes y cumple funciones sociales y rituales determinantes, tales como la instalación del altar de muertos o la fiesta de quince años en México. La profesionalización del trabajo culinario en México sigue siendo predominantemente femenino: es común ver al frente de las cocinas de restaurantes y fondas a mujeres que, al adquirir el grado de excelencia, son nombradas mayoras, denominación que en la época colonial se les daba a las jefas de las cocinas de las haciendas y que ahora sería equivalente al chef europeo.
Es importante mencionar que la hora de la comida en México es sumamente valorada como aglutinante familiar, por lo que es común estar en alguna población mexicana (sobre todo las poblaciones pequeñas) y encontrarla absolutamente desierta de las dos a las cuatro de la tarde. De hecho, es común que las reuniones sociales giren alrededor de la comida y generalmente se les designa nombres en diminutivo: «el desayunito», «la comidita», «el cafecito» o «una cenita». La comida en México es el factor que une a la sociedad; a través de ella se entablan amistades, se conocen parejas, se cierran grandes negocios, se afianzan los lazos familiares o simplemente se disfruta de un buen momento.
Una de las características de la gastronomía mexicana es que no hacen distinción entre la llamada cocina cotidiana y la alta cocina. Así, aunque existen platillos típicos festivos, como el mole o los tamales, éstos pueden consumirse cualquier día del año, lo mismo en una casa particular que en un restaurante lujoso o en una pequeña fonda sin un valor ritual especial. La gastronomía mexicana siempre ha sido calificada como una cocina de gran influencia barroca, resultado de un mestizaje culinario, y representa en mucho la visión que los mexicanos tienen del mundo. De esta forma, la zona norte del país, de clima más agreste y seco, ofrece una cocina más bien austera, de sabores sencillos; en cambio, en el sureste, donde la tierra es más generosa, se da una explosión de sabores con una cantidad hasta ahora desconocida de platillos y recetarios locales. En las zonas urbanas, debido a la integración de las mujeres a la fuerza laboral, así como a la influencia del estilo de vida occidental (principalmente de los Estados Unidos), se ha ido perdiendo la tradición de cocinar en casa. Sin embargo, se considera que las fondas (una versión mexicana de los bistró franceses, lugares donde comer fuera a medio día de forma económica) son un reservo de las recetas tradicionales.
Ingredientes Principales
- Maíz: es indiscutible la importancia del maíz como base de la mayor parte de las cocinas mexicanas. Es bien sabido que la sociedad siempre ha buscado consumir maíz cultivado en México, así que es el cereal más sembrado en toda la República. En el país se cultivan más de cuarenta y dos especies diferentes de maíz.3 A su vez, cada uno de estos tipos de maíz presenta diversas variedades, cuyo número es de aproximadamente de más de tres mil, según el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Las características de cada raza son variables de acuerdo con las condiciones del suelo, la humedad relativa del medio ambiente, la altitud, e incluso de la forma en que es cultivado. Aunque algunas de las evidencias más antiguas del cultivo del maíz sugieren que su domesticación se produjo en varios focos al mismo tiempo, es probable que este proceso estuviera ligado a los pueblos de habla otomangueana. Sea como sea, el maíz sigue siendo la base de la mayoría de las cocinas mexicanas, quedando exceptuadas algunas tradiciones gastronómicas del norte de México, donde el maíz disputa al trigo el lugar como cereal básico. La forma principal en que se consume el maíz en México es la tortilla, pero es un insumo igualmente necesario para la preparación de casi todos los géneros de tamales, atoles y antojitos. Hay que añadir que el maíz que se emplea para las tortillas es maíz maduro y seco, pero que también se consume maduro y fresco (elote) o bien, tierno y fresco (xilote). La tortilla es utilizada en la mayoría de los platillos principalmente, en tostadas, quesadillas, tacos, chalupas, gorditas, picaditas, y gran variedad de antojitos mexicanos, una principal forma de utilizar la tortilla, es en las chalupas las cuales son tortillas grandes y de un grosor muy delgado, su preparación es fácil. Los ingredientes son: el asiento, frijoles, lechuga, cecina, longaniza, carne enchilada, (cualquiera de las tres últimas), quesillo o queso Oaxaca, crema, salsa verde o roja, al final se doblan como una quesadilla. Este platillo realizado principalmente de maíz convertido en tortilla grande lo encontramos en el bello estado de Oaxaca, A si como este y muchos platillos mexicanos nos distingue como un gran país rico en cultura, tradiciones y por su rica comida.
- Chile: el Chile es uno de los ingredientes más representativos de la gastronomía mexicana y un fruto asociado indiscutiblemente a la identidad nacional, sus orígenes se remontan según algunos historiadores a fechas tan lejanas como el 6000 antes de nuestra era y según las más recientes investigaciones su domesticación no fue un hecho atribuible a una sola cultura y en un solo momento, se dio a lo largo de la región conocida como Mesoamérica en diferentes etapas, su conocimiento y uso está registrado en los códices en donde se menciona también como medicina ritual pues sanaba algunos de los aspectos relacionados con la salud del alma, ahuyentaba a los malos espíritus y rectificaba las actitudes de los niños malcriados ambas cosas por medio de su humo.
Entre los rasgos que
identifican a una cultura, la comida es uno de los principales. No solo
determina buena parte de las estrategias productivas y se encuentra en la base
de cualquier sistema económico, sino que contiene en sus ingredientes, sabores,
colores y olores, una manera determinada de obtener las energías necesarias
para el diario transcurrir, además de una especie de memoria gustosa de lo que
ha sido la vida. En la comida se reproducen cotidianamente pautas culturales
que no solo nos identifican con una tierra o un grupo, también nos transmiten
un modo de asociarse con la naturaleza que nos brinda el sustento diario y nos
enseña modos de relacionarnos con los otros.
El chile ha condimentado la mesa de los mexicanos
desde hace milenios, crece a nuestra vera sin mayor problema y cada mercado nos
ofrece la variedad deseada en todo momento. Prácticamente no hay comida
mexicana, sin chile. El maíz, el frijol, el tomate y la
calabaza –los otros cuatro grandes de la gastronomía nacional– no necesariamente
forman parte de cada platillo, el chile sí; baste recordar la frase de fray
Bartolomé de las Casas: «Sin el chile los mexicanos no creen que están comiendo».
Aunque se conoce
comparativamente poco de la vida sexual de los aztecas y otros pueblos
mesoamericanos, es claro que el buen chile tenía entre los antiguos, tanto por
su morfología como por su carácter, relación con las cosas de Venus, o, para
ser más exactos, con las cosas de Tlazoltéotl, la diosa azteca del amor carnal.
A propósito del lazo con los apetitos venéreos que los prehispánicos atribuían
al chile, el mismo Sahagún consigna que durante las festividades del dios
Macuilxóchitl, Señor de las flores, de la danza, de los juegos y del amor, los
hombres y las mujeres que tomaban parte en la celebración, sometidos durante
cuatro días a un riguroso ayuno, se abstenían, como medida precautoria, de
comer chile. Quien rompía el ayuno era castigado por el ardiente dios, que
hacía padecer al transgresor enfermedades "en las partes secretas".
En todo caso, la prohibición de comer chile durante los ayunos rituales
continúa siendo una práctica común entre algunos pueblos indígenas.- Cereales: entre los cereales
venidos allende los mares destacan dos, por su importancia en la dieta
cotidiana de los mexicanos: el trigo y el arroz. El primero de ellos
comparte y disputa al maíz la condición de cereal principal. Está asociado
principalmente con la confección de panes —aunque también existe la tortilla de harina—, ya sean blancos o
dulces. El pan blanco (bolillo,
telera, virote)
es el elemento esencial de las tortas mexicanas. Mientras tanto, el pan
de dulce —que se puede encontrar bajo innumerables formas— es
acompañante ideal de las bebidas calientes que se suelen servir en la merienda o
el desayuno.
Sin embargo, hay que señalar que en muchos sitios de México el pan es un
alimento suntuario, puesto que su costo es mucho mayor al de las tortillas
de maíz. Por lo tanto, la costumbre de consumir pan se ve muy limitada en
aquellos contextos donde las condiciones económicas son precarias.
- Arroz: tiene una
mayor presencia en las mesas mexicanas. Dado que es más versátil que el
trigo, el arroz puede constituir en uno de los tres tiempos de la comida.4
La manera más extendida de consumir arroz en México es el arroz a la mexicana,
que no es sino un arroz frito y luego cocido en salsa de jitomate. Sin
embargo, las variedades de arroz seco son muchas: lo hay blanco
—saborizado en algunas regiones con un tomate verde y cebolla—, verde —con chile
poblano—, amarillo —con azafrán—,
negro —con caldo de frijoles negros—, y además puede ser acompañado con
verduras, especialmente en la forma conocida como «arroz a la jardinera».
- Verduras, leguminosas y hortalizas: las verduras que alimentaron a los antiguos mexicanos fueron sobre todo los quelites (quilitl), plantas aún inmaduras de diferentes familias botánicas (amarantáceas, quenopodáceas, crucíferas), plantas tiernas que se «cocían en olla» o se comían crudas; en estas familias se incluyen los quintoniles, los cenizos, los huauhzontles, verdolagas, una planta denominada mexixiquilitl que se parece al berro. Los romeritos son plantas también muy importantes que han sido empleadas en diferentes guisados, sobre todo durante la Cuaresma y la Navidad.
- Nopal: aún se
utilizan los nopales,
sobre todo las personas con diabetes o con hipertensión arterialos, que acompañan
infinidad de platillos y bebidas. El mezquite
sigue siendo importante alimento en el norte del país, pero más en tiempos
prehispánicos, cuando los chichimecas fabricaban «pan de mezquite» con la
harina proveniente del fruto de la vaina. También es comestible la vaina
del huizache.
- Chocolate: El chocolate es uno de los principales ingredientes de la gastronomía mexicana y su uso en la comida mexicana se remonta desde la época de los Olmecas. Actualmente el chocolate es utilizado como condimento para la preparación del mole (platillo indispensable en nuestra comida), en repostería, cosmetología, terapias (chocoterapia) e incluso como afrodisiaco. En cuanto a la salud el chocolate muestra diferentes beneficios; es revigorizante, estimula el sistema nervioso central, favorece la actividad intelectual y es antidepresivo gracias a sus diversos nutrientes.
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